A día de hoy todos los fabricantes de integrados aprovechan chips defectuosos para sacar modelos de menores prestaciones. Sucede por ejemplo en CPUs, donde un integrado con algún núcleo que no funciona como debe, se marca con un modelo que tiene como mucho, los núcleos funcionales. En esta entrada explican cómo Intel empezó a reaprovechar sus chips fabricados a finales de los 70s.