Ha habido ya unos cuantos casos en el mundo del hardware donde un dispositivo cambia su funcionalidad al actualizar un firmware o directamente deja de funcionar porque el fabricante así lo decide (las impresoras son un ejemplo clásico). Este concepto se ha extendido a otros ámbitos y ha aparecido un caso mucho más falto de ética como unos airbags para moto que no funcionan si no pagas un extra.