Y también más cara. Se trata de la Universal Flash Storage de la que Samsung ya vende tarjetas y dónde sólo se encuentra compatibilidad con un modelo de sus portátiles. Una tarjeta de 64Gb cuesta unos 25€ mientras que una tarjeta SD de la misma capacidad cuesta unos 10€ menos. A cambio obtenemos una memoria que por definición, incluye una caché no volátil de memoria SLC, una gestión mejorada de energía e información adicional sobre rendimiento y temperaturas que se envían al dispositivo anfitrión.