Probablemente el soporte para pantallas con una alta densidad de pixels sea todavía a día de hoy el punto débil de los principales entornos de escritorio para Linux. El framework sobre el que está construido KDE ha mejorado el soporte para este tipo de pantallas y en concreto ahora es posible tener ventanas con un ratio superior al del resto del escritorio (por ejemplo a un 150% del tamaño original).