Después del descalabro de sus dos últimas generaciones, Intel ha intentado salir del paso con un cambio de nomenclatura. Pero los analistas del sector han lanzado duras críticas sobre el Core Ultra 9 285K. Según dicen, están vendiendo CPUs de más de 500€ que necesitan una placa base de otros 500€ que no aportan mejoras de rendimiento con respecto a sus antecesores.