A medida que el coste por superficie de oblea ha ido aumentando debido, entre otras cosas, a un mayor número de fallos en la fabricación por el reducido tamaño de los transistores, ha sido necesario usar nuevas topologías para seguir aumentando el número de transistores sin que el coste se dispare. Una de esas soluciones ha sido dividir los procesadores en componentes independientes: los chiplets.